• CAMINOS
Horacio Guarany ha andado no pocos de los caminos del mundo. Conoce mil puertos... podría embarcarse en cualquier momento como marinero, pues tiene sus papeles en regla... Su amor a las gentes, su cordialidad, su interés por lo humano, lo llevan a acercarse, cuando puede, a las ciencias del hombre. Tiene mucho interés en la antropología y la etnografía. En París, mientras algunos de sus amigos salieron a recorrer lugares de diversión, él se fue a visitar el Museo del Hombre... Entre nosotros, en el norte, se metió entre los indios tobas, convivió unas horas con ellos, averiguó si cantaban, cantaron para él una melodía monótona y triste, pero melodía, al fin...
Vida intensamente vivida es la de este hombre joven, que hace del canto, del grito metido en la canción, una forma de expresar a su pueblo en lo profundo y entrañable. Muchas cosas ha debido madurar adentro Horacio Guarany para que sus canciones le salgan de la garganta con esa convicción, por momentos con esa rudeza tremendamente sincera que hace impacto en quienes las escuchan y también, cuando llega el caso, con la ternura y delicadeza que en ellas saben poner. Al grito de sus comienzos, él ha sabido sumar ahora la ternura y belleza que suelen salir al paso por la vida. Después de casi seis años, noviembre nos devolvió nuestro cantor a Radio Belgrano, regresando a la querencia en que su voz salió por primera vez al aire. En diciembre cumplirá un compromiso de actuación por Radio El Mundo. Enero lo encontrará en el Festival de Cosquín, para lo cual se ultimaban los preparativos al escribirse estas líneas, aunque todavía no se había dicho la última palabra...
Horacio Guarany siente, vive, canta. Sabe que para cantar es necesario, ante todo, madurar desde adentro... Y por cierto que la vida lo ha hecho madurar, sin amargarle el corazón generoso y rebelde que ahora reparte entre todos, multiplicado por canciones...