Horacio Guaraní

Reportaje de León Benarós - Ultima parte

• CAMINOS

Horacio Guarany ha andado no pocos de los caminos del mundo. Conoce mil puertos... podría embarcarse en cualquier momento como marinero, pues tiene sus papeles en regla... Su amor a las gentes, su cordialidad, su interés por lo humano, lo llevan a acercarse, cuando puede, a las ciencias del hombre. Tiene mucho interés en la antropología y la etnografía. En París, mientras algunos de sus amigos salieron a recorrer lugares de diversión, él se fue a visitar el Museo del Hombre... Entre nosotros, en el norte, se metió entre los indios tobas, convivió unas horas con ellos, averiguó si cantaban, cantaron para él una melodía monótona y triste, pero melodía, al fin...

Vida intensamente vivida es la de este hombre joven, que hace del canto, del grito metido en la canción, una forma de expresar a su pueblo en lo profundo y entrañable. Muchas cosas ha debido madurar adentro Horacio Guarany para que sus canciones le salgan de la garganta con esa convicción, por momentos con esa rudeza tremendamente sincera que hace impacto en quienes las escuchan y también, cuando llega el caso, con la ternura y delicadeza que en ellas saben poner. Al grito de sus comienzos, él ha sabido sumar ahora la ternura y belleza que suelen salir al paso por la vida. Después de casi seis años, noviembre nos devolvió nuestro cantor a Radio Belgrano, regresando a la querencia en que su voz salió por primera vez al aire. En diciembre cumplirá un compromiso de actuación por Radio El Mundo. Enero lo encontrará en el Festival de Cosquín, para lo cual se ultimaban los preparativos al escribirse estas líneas, aunque todavía no se había dicho la última palabra...

Horacio Guarany siente, vive, canta. Sabe que para cantar es necesario, ante todo, madurar desde adentro... Y por cierto que la vida lo ha hecho madurar, sin amargarle el corazón generoso y rebelde que ahora reparte entre todos, multiplicado por canciones...


Reportaje de León Benarós - Contador público

• OFICIO INSÓLITO. CONTADOR PUBLICO NACIONAL. OTROS OFICIOS

-Yo tengo -nos dice sonriendo Horacio Guarany- una profesión que, a lo mejor, usted no se la imagina: ¡soy contador público nacional!

-¿Recibido?

-¡Sí, señor! Soy contador público, porque cuento ante el público, ante el pueblo, mis cuentos, y canto mis canciones. Y nacional, porque mis cuentos son netamente nacionales... Pero -ya en serio- tengo también otros oficios: estibador, cuidador de gallos de riña, vareador… Horacio Guarany puntualiza los detalles de esos oficios -que conoce bien- con prolijidad de entendido:

-Lo primero que hay que hacer con el gallo de riña -nos dice- es separarlo de la gallina. Después se lo enjaula, con lo que adquiere bravura. Cuando se le da maíz, hay que quitarle la pepita blanca de éste para que no lo engorde. Se le debe racionar convenientemente el agua. Hay que palparle los muslos y otras regiones del cuerpo para ver si está en buen estado, duro y firme en sus carnes. Un primer ejercicio se hace con dos gallos, arrojando al que se sujeta entre las manos cuando el otro viene a pelearlo. Al gallo hay que hacerlo pelear después con guantera que le cubre lo que le queda de las púas cortadas- y con piquera de cuero. Así se acostumbra a saltar en el aire para herir al vuelo al rival, golpeándolo con las alas, además, con las que lo sostienen. Acostumbrado a elevarse para pegar, imagínese lo que será cuando se le ponen púas y se le deja el pico libre. Luego de cada ejercicio se lo frota bien con alcohol. El Calcuta es gallo muy valeroso, pero pesado para pelear. Se lo cruza con el Japonés, de mucho pico y mucha púa, pero de poca clase. En la cancha, cada gallo tiene su corredor, su representante. Si el gallo, llamado a careo, pica tres veces seguidas y el ctro ninguna o aun dos, gana el primero. Todo esto requiere saber y habilidad. Todavía me quedan otros oficios por contarle: soy estibador, especialmente de rollizos. Hay que saber estibarlos para que la pila conserve el equilibrio en la chata y el barco no se dé vuelta... Creo también que podría ser un buen vareador de caballos de carrera. Conozco ese oficio... Soy, además, foguista...


Reportaje de León Benarós - Cantores libres

• "MARTIN FIERRO" Y LOS PAYADORES

-Le hago una confesión -nos dice ahora Horacio Guarany-: Le he puesto música a "Martín Fierro". Lo canto para mí, cuando estoy solo. El formidable poema está hecho para cantarlo... Tengo, además, una gran admiración por los payadores. Me hubiera gustado ser payador. A veces improviso solo, cuando nadie me escucha, pero no tengo el oficio de payar. El payador es admirable, porque es el único cantor, absolutamente libre, no dirigido. Soy un admirador de la payada, pero no un admirador porque sí. Tengo amistad con muchos payadores. Conocí a ese gran rebelde que fue Luis Acosta García. Soy amigo de "Pachequito", entre otros. Y digo que el payador es un cantor absolutamente libre, porque a nosotros, por ejemplo, nos editan tal o cual canción, nos dejan cantar tal o cual cosa, pero la "editorial" del payador es su propio corazón, y hace en él y dice con él todo lo que quiere, sin que se le ponga valla alguna. Así cantó "Martín Fierro"... con toda la voz... El payador canta en el momento lo que siente. En una copla suele encerrar una verdad que golpea. Por eso quieren distraernos y quitarle a la copla su valor, dicíéndonos que es algo sin importancia, que hace cualquiera...


Reportaje de León Benarós - Sin mirar atrás

• HACIA ADELANTE

-¿Qué fue lo primero que cantó en Radio Belgrano, cuando usted debutó, en 1957, y ahora, que ha vuelto a la radio de sus comienzos?

-Sinceramente, no lo recuerdo. Lo hecho, hecho está. Yo miro siempre hacia adelante. Lo digo de corazón. Creo que el hombre se equivoca cuando quiere darle órdenes a una serie de cosas maravillosas que ocurren a su alrededor cada minuto. Cosas maravillosas, aun mágicas, pero tremendamente sabias, que terminan teniendo razón. Eso no significa convertirse en un barco a la deriva, pero, cuando se navega a vela, hay que dejar que las velas lo impulsen a uno. Yo no puedo programar con una semana anterior aquello que voy a tener ganas de cantar en el programa de determinado momento. Por eso, para mí es la tortura más grande preparar un programa de radio.

Y hago la desesperación de los libretistas, porque muchas veces cambio totalmente el programa en el momento, de acuerdo con lo que, en el instante, tengo ganas de cantar.

Y nunca me interesa retener lo que canté hace un momento. Además, me hace mucha gracia cuando la gente me pregunta a qué se debe mi éxito. Para mí, éxito significa llegar a determinado lugar, a un final, y yo no quiero terminar, quiero empezar a cada rato, siempre, continuamente. Me interesa lo que voy a hacer, no lo que ya he hecho...

-¿Cuáles son las canciones suyas que han prendido más en el gusto del público?

-Hay una cantidad de factores que han influido para que algunas se hayan popularizado más que otras. Eso no quiere decir que sean mejores ni peores. Entre las mas difundidas están "Guitarra de medianoche", "Milonga para mi perro", "La guerrillera", "Zamba del soldado", "No sé por qué piensas tú", "Regalito"... Han coincidido con un momento especial, han encontrado un intérprete que los ha llevado adelante. Pero no quiero decir por eso que sean las mejores. ¡A ver si se enteran otras canciones mías y se enojan!


Reportaje de León Benarós - Canto como lo siento

• EL GRITO

-Ya sé -nos comenta ahora Horacio Guarany- que muchos dicen que cuando canto grito. Es bueno que conozcan un poco al cantor por dentro, fuera de las anécdotas superficiales o sensacionalistas que algunas revistas suelen recoger. Cantar, para mí, es mucho, pero no es todo. Representa sólo una manera de expresar un mundo de cosas, todo lo que nos golpea o nos emociona. Soy un enamorado de la pintura. Podría, por ejemplo, decir lo mismo pintando, si supiera pintar. La canción, para mí, no es mas que un pretexto, un vehículo para decir lo que siento. Pero no me conforma totalmente. Me gusta escribir. Digo muchas de mis cosas escribiendo. Cantar es sólo una de las formas, uno de los medios a mi alcance para llenar esa tremenda necesidad mía de pulsar totalmente el sentir del pueblo. Yo comencé a cantar en Buenos Aires, ya maduro. Tenía tanta necesidad de hacerlo, de que me escucharan, que aquello salió como un borbotón. ¡Habla esperado tanto! Ahora, que he expresado ya mucho de lo que quería decir, estoy más serenado. Lanzo mi grito aún cuando la canción lo requiere, pero no puedo profesionalizar mi grito, no sería sincero conmigo mismo. Muchos me dicen: "Usted me gustaba más cuando gritaba". Otros me advierten: "Usted se impuso por el grito. ¡No lo deje!" Yo no puedo andar haciendo esos cálculos. Canto como lo siento. No puedo mentirme a mi mismo. El grito sale cuando debe salir, pero no lo convierto en recurso.


Reportaje de León Benarós - Todos los oficios

• OFICIOS

—Antes de dedicarse definitivamente al canto, ¿cuán­tos oficios ha tenido?

—Bueno, todos los oficios necesarios para poder seguir viviendo sin saber nada. Sin embargo, soy un buen foguista, me hice cocinero de barco a la fuerza, me consi­dero un buen cuidador de gallos de riña y un buen varea­dor; creo que podría llegar a ser un buen compositor de caballos de carrera. Al llegar a Buenos Aires estuve un tiempo enfermo y me interné en el Rawson. Presté a un amigo mi piecita de la calle California. ¡Se me fue con el calentador, la pava y la olla, lo único que yo tenía! Me quedé en la calle. Un hermano mío me dijo: "¿Querés embarcarte?" "Y, bueno, cómo no, me embarco"... Un correntino medio bárbaro, amigo de mi hermano, facilitó la tarea. Me llevó a la Prefectura y me hizo firmar el embarque. Ya a bordo, me dice: Bueno, maestro, vaya a hacer la provisión... ¡Me había embarcado como coci­nero! Yo, de marinero sabía, pero cocina nunca había practicado. Tuve que convertirme en cocinero a la fuerza, porque si no me echaban. Empecé a hacer la provisión. Un cocinero tartamudo, que después se hizo gran maestro de cocina de los barcos que van a Europa, se moría de risa viéndome. "Eso no te alcanza para dos horas", me dijo. Yo compraba un kilo de cada cosa... Me recomendó comprar una panceta grande, un tocino entero y unas damajuanas de vino. Estaba embarcado en una chata que iba lentamente hasta Barranqueras. Creo que era 1a "Nogoyá". Después he navegado en otras, como la "María Carmelo", la "Berna", la "San Andrés"... En los barcos, sobre todo en los de río, es ley que los jueves y los domingos se sirvan pastas Me enseñaron y salí del paso. Pero con algunos tropezones. Ahora no cocino mal. Sé hacer un buen locro, no le pongo batata, que lo hace muy dulzón, ni porotos, que lo vuelve demasiado cremoso. Le agrego, eso sí, un pedazo de carne de azotillo, carne de pecho, y, al final, una fritanga de cebolla de verdeo y pimentón. Una especialidad que vale la pena recordar es el "guiso quieto", en el que es maestro el gordo Zunino, famoso en la Vuelta del Paraguayo, rama del Colastiné. Zunino empieza a poner en una olla "postas" o trozos de pescado salados con sal fina; alterna capas sucesivas de tomate, cebolla, papa, con limón, orégano, aji y pimienta, en otros capas de pescado así cortado en trozos; pone fuego lento arriba y abajo. Arriba, con brasitas sobre la tapa. Deja cocer una hora larga y... ¡hasta más ver!...


Reportaje de León Benarós - Su signo: Tauro

• TORO

Horacio Guanary está ahora con nosotros. Es hombre bien plantado. Nació —lo hemos dicho— bajo el signo de Tauro. Se lo recordamos, y reflexiona:

—No se me había ocurrido pensarlo. Pero admiro al toro, símbolo de la fuerza franca y abierta, de la intrepi­dez y audacia, de la lucha sincera y sin trampa alguna… Muchas veces me he quedado, en el camino, mirando algún toro, de estupenda planta, y le he dejado colgada en los alambres alguna copla…

Abundosa la cabellera oscura, ancho el bigote categó­rico, bien plantado, abierta la sonrisa cordial, alegre el ánimo, Horacio Guarany es de los que saben anudar amis­tades duraderas, pero también de los que miden de un vistazo la calidad del hombre que tienen por delante, para estrecharle definitivamente la mano amiga o sentir­lo ajeno a una corriente de intuición que lo señala digno o no de esa entrega. En el fondo de su pupila parda hay fe en la vida, una fe honda que descree aun de la muerte, porque siente el tránsito como escalón de un perpetuo entregarse para crear más y más vida.

—En Salta, una vez —nos dice— me pidieron que escri­biera algo para "El Tribuno". Como a los salteños les gusta mucho la copla, les hice algunas. Son de las que más me gustan entre las que he escrito. Siento una ne­cesidad tremenda de escribir. Escribo en el café, en la calle, donde puedo. Alguna de las coplas para "El Tri­buno" tenían un especial concepto de la muerte. El que yo tengo viene a coincidir con ciertas lecturas filosóficas que después he hecho. He llegado a no tenerle miedo a la muerte. No la deseo, pero tampoco la temo. En aquellas coplas salteñas, decía: "Nada muere en esta vida / Todo es andar y andar dando. / Sólo mueren los mezquinos: / solitos se van matando. //¿Por qué será que el can­tor / nunca se muere jamás? / Cuando el cuerpo se le cansa / el alma empieza a cantar. //¿Por qué será que el cantor / nunca se va ni se muere? / El cuerpo queda entre sombras / y él alma entre las mujeres. //Cantor peregrino y solo, / asi es mi pueblo cantor. / Aunque cante para adentro / nadie ha cantado mejor. //Cuando me pille la muerte / quiero esperarla cantando, / convidarla vino adentro. / ¡Quién sabe la salgo amando!..." La vida vale —sigue diciéndonos Horacio Guarany— por­que se termina. Si la muerte no existiera, la vida no tendría gusto. No puedo odiar a la muerte. He llegado a comprenderla. Ella justifica y valoriza a la vida.


Reportaje de León Benarós - Vocación de cantor

  • El padre, indio y hachero. La madre, española.
  • Foguista, improvisado cocinero de barco, experto cuidador de gallos de riña, estibador y cantor desde siempre...
  • El canto es mucho, pero no todo...
  • Su participación en Cosquín.

Un reportaje de León Benarós (Folklore Nro. 57)

ANCHO corazón el de Horacio Guarany. Ancho y generoso. Madurado en el dolor y en el amor a las gentes. Ningún resentimiento hay en su vida. Que por cierto, lo golpeó duro. Su fe en el hombre le viene desde adentro. Su vocación de canto le asoma a los labios con urgencia imperiosa. Tiene un chorro de sangre India que lo enorgullece. El padre, hachero del Chaco correntino, es llevado, aún muy niño, de la mano de un resero que lo pide prestado para ayudar al arreo. El hombre mata a otro camino, huye de la justicia, se interna en Santa Fe y en alguna chacra, en una colonia de chacareros españoles, abandona a la criatura. Allí le prestan un apellido. Casa con mujer española, doña Feliciana Cereijo, y el matrimonio frutece en catorce vástagos. El padre es hachero de La Forestal. Oficio duro. Va con otros, donde lo lleva la empresa. Vive a pleno monte. Allí nacen los hijos. Horacio es el antepenúltimo. Nació el 15 de mayo de 1925, en el Chaco santafecino, cerca de Guasuncho o de Intillaco, precisamente en el monte. Viene al mundo bajo el signo de Tauro. Cree en lo profunda influencia de los astros, pero no en la profesionalización industrializada del horóscopo. La crisis del 30 golpeó a la familia.

En el monte, junto a alguno de sus hermanos, rapada la cabeza infantil, Horacio cantaba con vocación irresistible, restregando en la del otro la "bocha" niña. El canto improvisado le desborda desde entonces.

Ya más crecido, escribe en un cuaderno largas cartas a personajes, cantos que nunca se enviaron, y, por fin abiertos los ojos al amor, escribe a la muchacha de sus sueños cartas igualmente sin destino. Allá por 1942 ó 1943 llega a Buenos Aires, con sed de que se lo escuche. La ciudad es dura para el muchacho desconocido. Vive en una piecita de la calle California. Canta en la Boca, Necochea, por botellas de cerveza. ¡Sírvale algo al cantor!, ordena algún parroquiano tocado adentro por la voz del muchacho, densa de cosas para cantar o gritar. El y otros que cantan, amontonan a la noche por lo menos doce botellas. Se las cambian por dinero a don Carballo. dueño de "La rueda", y así comen al día siguiente. Horacio Guarany ha tenido mil oficios. Pero uno, sobre todo, ejercido en plenitud, y que le ha dado la rica experiencia humana que su canto denuncia: el duro pero también alegre y maravilloso oficio de vivir... Ama, por eso, el vino cordial, que entona; el vino que prestaba la única sonrisa al padre hachero y ponía ternura hacia la mujer en la disponible caricia de la mano encallecida. No el vino que se hace borrachera vergonzante, sino el que enciende la sangre y la templa para la amistad y el amor...


Entrevistas

Esta sección de entrevistas a Horacio Guarany comienza con una realizada en 1963 por León Benarós para la revista Folklore. Luego siguen otras mucho más recientes, aparecidas en los diarios Clarín, El litoral (de Santa Fe), Info Región (Gran Buenos Aires) y La Nación. También hay un reportaje en audio emitido por Cadena 3 de Córdoba. Todas estas entrevistas se realizaron entre el 2002 y el 2008, o sea unos cuarenta años después de la primera que aparece aquí. Sin embargo casi no hay diferencia en los conceptos fundamentales vertidos por el entrevistado, lo que demuestra una gran coherencia en sus ideas a lo largo del tiempo. Suele decir que prefiere mirar para adelante, sin darle mucha importancia al pasado, lo que no significa que cambien sus convicciones o su manera de enfocar la vida. A través de sus palabras se percibe claramente una actitud positiva y optimista, que le ha permitido sobrellevar los graves inconvenientes que debió afrontar y por los cuales tres veces se vio obligado a dejar el país contra su voluntad. Dueño de un espíritu inquebrantable, sabe tomar lo mejor de la vida y disfrutarlo, relegando lo negativo a un segundo plano, sin darle una magnitud que restaría valor a lo bueno que tiene por vivir.

1962 - Golpeando cantos

Lado A
  1. Guitarrero (zamba)
  2. Canción de amor callado (canción
  3. Sierras de plata (zamba)
  4. Yo tambien me iré (bailecito popular)
  5. Diablero (zamba)
  6. La canción del arriero (canción)
Lado B
  1. Cuatrero (zamba)
  2. Canción de cuna costera (canción de cuna)
  3. La pucareña (cueca)
  4. Pobre tata (vidala)
  5. Canoitas tristes (vidala)
  6. Camino del arenal (takirari)


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1966 - Horacio Guarany canta a Martín Castro

Lado 1
  1. Añoranzas
  2. Así transita el mundo
  3. De vuelta al nido
  4. El huérfano
Lado 2
  1. Orgullo gaucho
  2. Payador
  3. Semillas
  4. Y no cante para ti


El payador Martín Castro nació en Merlo el 16 de febrero de 1882, y falleció en Ciudadela el 7 de abril de 1971. Fue un autodidacta, pues como él mismo dijo, no tuvo otra escuela que la vida.

Sus letras expresan la problemática social de su época, y aunque no tenía militancia política, su compromiso con los pobres, con los obreros, y sus críticas a la injusticia a veces le costaron terminar en un calabozo. También compuso canciones anarquistas, he hizo una payada dedicada a Sacco y Vanzetti.

Su poema más conocido es "El huérfano", escrito en 1908 y que fuera interpretado por muchos cantantes, entre ellos Carlos Gardel, que lo grabó en 1923, Antonio Tormo en 1950, y Horacio Guarany lo incluyó en este disco.

Sus amigos escribieron estos versos en su tumba:
"Con la sencillez de un nardo/ murió la carne del hombre/ pero no murió su nombre/ ni la obra moral del bardo/ sus ejemplos como un dardo/ perduran en nuestro ideal/ la parca, ley natural/ nos arrebató su vida/ pero la obra concebida/ es un símbolo inmortal".


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1958 - Canta Horacio Guarany

Lado 1
  1. No se porque piensas tu
  2. Vidala de la copla
  3. Carnavalito quebradeño
  4. La litoreña
Lado 2
  1. Guitarra de medianoche
  2. Chacarereando
  3. Merceditas
  4. La boliviana


Texto de la contratapa:

La aparición en el mundo musical de los discos de Horacio Guarany trajo aparejada la consecuente discusión sobre los que lo apoyaban y los que lo negaban en su cruzada como renovador del género folklórico. Aún existen aquellos que creen que el folklore es pura y solamente Tradición y por lo tanto debe oírse nada más que por Guitarras e instrumentos típicos. Demás está decir que tampoco aceptarán ningún acorde moderno de oncena o trecena, "lo que desvirtúa la simple pureza de nuestra música autóctona" y se conformarán con escuchar los eternos acordes en tono y dominante. Pero Horacio Guarany no piensa así y contó al mismo tiempo con la conformidad de la Dirección de discos "Allegro". Que hay personas que también piensan de la misma manera (y sabemos que son muchísimos), lo demuestra un artículo aparecido en un conocido diario matutino y que refería textualmente: "De Horacio Guarany acaba de salir este par de discos, que recogen Carnavalito quebradeño, Guitarra de medianoche, Merceditas y No sé por qué piensas tú (aire de bailecito sobre el intencionado poema de Nicolás Guillén, incluido en su no menos intencionado libro Cantos para soldados y sones para turistas). El acompañamiento escogido -en el que predomina el órgano- sus ritmos y aún el fraseo de la fresca voz del artista, modulada con elegancia, coloca a estas expresiones en una plausible ruta "progresista", que puede abrir una evolución en el género", (Música Popular de América, por Joe Turner). En este dico de Larga Duración se dan cita las citadas obras y otras más, que si bien se encuentran registradas con instrumentos típicos, tienen en favor de la cruzada renovadora ese "algo" de evolucionismo, que está en la voz de Guarany y los modernos arreglos efectuados. De todas maneras, esta selección de obras habrá de servir netamente para deducir si Guarany necesita o no, de instrumentos no habitualmente utilizados en folklore para brillar con su propia luz. Por nuestra parte, nos hemos ya hecho una composición de lugar y hemos decidido que no.

Otra consecuencia de la aparición de los discos de Horacio Guarany, fue su contrato para Europa. En junio de 1957 debutó en París -la Ciudad Luz- y actualmente (Octubre 1957) ha llegado a Moscú, con su andariega guitarra y su ponchito Argentino. En forma ultra casual, ha llegado a nuestras manos una crónica sobre su actuación en esa Ciudad. Lo que sigue a continuación parecería un cuento o una exageración, pero nos remitimos estrictamente a la información, la que dice que: "Horacio Guarany -un poco asustado quizás al principio- comenzó su melancólica canción de las Pampas. Pronto concitó el interés de los 6.500 espectadores y su canto -aunque incomprensible en palabras para la mayoría- fue tiernamente interpretado y llegó directamente al corazón de todos. La apoteosis llegó cuando su notable voz fue fondeada musicalmente por un coro de 800 voces y la orquesa de 500 músicos. Guarany no hizo más que refirmar sus espléndidas presentaciones en Televisión y hemos sabido también que la Mosfilm lo ha contratado para una intervención episódica".

Ahora nos preguntamos: Cuál es el secreto de este muchacho argentino? En qué consiste es "algo" que él demuestra tener? De lo que no puede caber ninguna duda -ya- es que Horacio Guarany tiene una inmensa Personalidad, tan grande como la sencillez de su corazón noble y de su condición de hombre que siente por su tierra y por su música un sincero cariño y la más íntima comprensión.

Nota de RENÉ BRIAND


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1958 - Folclore de gala

Lado 1
  1. El Mensú
  2. Regalito
  3. Exaltación
  4. Hoy estoy aqui
  5. La Tristecita
  6. Todas las cositas
Lado 2
  1. Zamba del soldado
  2. La palomita
  3. Salvame
  4. Implorando (Soledad)
  5. El Puillay
  6. Malambo en la noche

Texto de la contratapa:

La inquietud permanente de nuestro artista lo llevó desde sus primeros discos a buscar "algo más" con que interpretar nuevas canciones. De esta manera halló en la combinación de órgano y charango elementos de extraordinarias posibilidades para destacar aún más los valores de nuestro folklore; pero no era todo, algo más exigía la sensibilidad de quien regresaba de "pasear" nuestra música por Europa y Asia y al regreso de su gira triunfal halla eco su afán en los nuevos directivos de "RECORD" quienes conscientes también de la hora que vive nuestra música le ofrecen para sus interpretaciones el acompañamiento de una gran orquesta con la que su arte se desarrolla en todos sus matices de extraordinario colorido folklórico.

A este respecto podemos transcribir sus propias palabras:

"La inclusión de la orquesta no significa que desestime los valores tradicionales, al contrario, creo que en lo tradicional deboadentrarme para nutrirme de los elementos que posibilitan mi canto pero no debemos atenernos sólo a ello pues de lo contrario nos estancamos y corremos el peligro del arroyo, en este sentido yo quiero ser río que siempre va hacia adelante sin por ello perder contacto con su lecho madre".

Los instrumentos de la orquesta traen su "textura" como un abrazo fraternal a los folklóricos permitiendo de esta manera un mayor desarrollo de sus valores y una forma de expresión más de acuerdo con nuestra sensibilidad actual. Por otra parte en todos los países del mundo el folklore fue en su momento desarrollándose hasta llegar a la música sinfónica sin que por eso lo tradicional desapareciera. Debemos estimular y fortalecer lo tradicional, pero no estancarnos. La música es parte del hombre, y el hombre va hacia adelante felizmente...


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1957 - Horacio Guarany

  1. El Mensú
  2. Zamba Amanecida
  3. Tata Melcho
  4. Coplas sureñas
  5. Coplas del pobre
  6. Velay Coche
  7. Angelica
  8. Del pescado
  9. Soy Vallisto
  10. Nieblas
  11. Quebrachalera
  12. Guajojo

El primer LP que grabó Horacio Guarany se editó mientras se encontraba en Rusia, y a su regreso se encontró con la sorpresa de que se difundía en todas las radios del país. "El mensú", de Ramón Ayala fue en su momento el máximo éxito de Horacio Guarany, corriendo parejo con la zamba "Angélica", de Roberto Cambaré.


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